que parecía ser una "del montón",
el canto agudo de las aves,
el firme asfalto radiante por el sol,
los árboles y los arbustos parecían ser más suaves...
Miles de rostros compungidos detrás de un mismo objetivo,
piernas, manos, orejas y narices
sucias como siempre, sucias.
Mentes claras como nunca, felices,
arremangadas sus camisas, siempre sucias.
No había dudas ni preguntas (nunca las hay)
sólo sobraban certezas en los pasos dados,
fiel firmeza al dejar obligaciones.
Manos unidas, seguridad en la mirada, los brazos nunca cruzados,
¿Es posible describir tantas emociones?
De repente, las miradas opresoras se clavaron en sus rostros,
y sólo miraron su aspecto, lo sucio de sus ropajes
pero esos cientos de ojos, clavados como dagas filosas
no importaron en verdad, porque no tenían suciedad, sino coraje
y la mañana se hizo tarde...¡Una tarde hermosa!
Incomprendidos, oprimidos, lastimados, heridos, pero firmes...
Más firmes que el concreto de los altos pisos que los rodeaban,
pero sus ojos nadaban en un mar de lágrimas, lágrimas de emoción
sin poder creer su hazaña, sabiendo que lo lograban
con un simple reclamo, creando una eterna canción.
Pero el sol brillante quiso sofocarlos y detenerlos,
pues no entendía que no se rendirían, si hasta ahí llegaron,
y creía que no soportarían el calor agoviante del día
pero donde agua vieron, sus pies descalzos bañaron...
y si no es para refrescarse, ¿el agua para qué más serviría?
La tarde oscureció y su objetivo parecía llegar,
Fue un día de lucha y perseverancia,
Fue un día repleto de gloria,
su fuerza era la esperanza,
y su resultado fue inscripto en la historia.
Luego de eso, muchas vueltas más dio el reloj,
Demasiada agua bajo el puente y tanta agua que ha pasado,
pero por esa gran mañana de Octubre eternamente serán recordados
por haber alzado su voz, a pesar de ser rechazados:
Siempre sucios, siempre valientes, siempre...Descamisados.
---V.B.---
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