me reconcilio con la soledad,
y con la paz de mi hogar.
Cuando me abandonas y prometes no volver,
busco despejarme de una vez,
y disfruto de la lectura, ese gran placer!
Cuando me abandonas y me dejas sin tu amor,
ya he descubierto que leer es la opción mejor
para olvidarme de tu voz, y entonces fue por ello
que aquella tarde de invierno un libro comencé yo.
No te pido, nena, y sabes que te digo la verdad,
No te pido, nena, que no me vuelvas a dejar.
Ni ruego que te quedes,
O en mi soledad me consueles.
Soy coherente, y no pido eternidad,
Solo pido una cosa, y nada más:
que si planeas a abandonarme otra vez,
me repongas aquel libro, que ayer ya terminé.
---V.B.---
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